miércoles, 23 de octubre de 2013

Cualquiera que explore su interior en busca de recuerdos se daría cuenta de que muchas veces los malos superan a los buenos. En número, no en importancia. 
Estamos hechos de experiencias, esculpidas por el dolor y pulidas por la genialidad del asunto.
Llegamos hasta el pico más alto de la torre más alta y un minuto después nos comemos el asfalto. Como siempre se ha hecho. Y como siempre se ha sobrevivido.
Y si los demás pueden...¿por qué tú no?